lunes, 9 de noviembre de 2009

LA VIOLENCIA DOMESTICA CONSTITUYE UN PROBLEMA DE SALUD PUBLICA



Las mujeres a menudo no reciben las recompensas materiales o emocionales que deberían poder esperar a cambio del cumplimiento de sus responsabilidades domésticas. Para muchas éste no es, sin embargo, el único riesgo que corren en el hogar familiar. También están expuestas al peligro de sufrir lesiones o hasta morir por obra de las misma persona de quien deberían poder esperar protección. El hogar suele considerarse como un lugar seguro, un refugio frente a las amenazas del mundo exterior. La realidad, no obstante, es con frecuencia muy distinta.

El temor a la violencia física y también su práctica real representan una importante amenaza para la salud de millones de mujeres y esta violencia a menudo constituye un aspecto habitual de la vida familiar. Las mujeres y las niñas pueden sufrir agresiones muy diversas en su entorno doméstico, incluido el incesto, la violación, vejaciones psicológicas y agresiones físicas. Aquí nos referiremos sólo a estas últimas, esto es, a la violencia doméstica o malos tratos conyugales, como suelen denominarse a menudo; si bien, obviamente, los malos tratos aparecen asociados con gran frecuencia a agresiones emocionales, sexuales o de otro tipo.